top of page

El Teatro en el Renacimiento

En el siglo XV la Europa medieval empieza a decaer, y con ella su sistema de valores. Surge así una nueva época, el Renacimiento, un periodo de florecimiento cultural y científico que rompe con el teocentrismo de la época anterior. 

Decía el filósofo griego Protágoras que "El hombre es la medida de todas las cosas”. Y es esta forma de entender la vida, a grandes rasgos, la que va a configurar el periodo histórico conocido como Renacimiento, enmarcado entre los siglos XV y XVI, con algunas variaciones según regiones -en Italia comienza en el siglo XIV, y a España llega a finales del XVI, principios del XVII, por ejemplo. 

El Renacimiento decide abandonar las ideas teocéntricas de la Edad Media, y empieza a abrazar formas filosóficas y culturales de carácter antropocéntricas. Esto se traduce en que el predominio y poder de la Iglesia católica se ve afectado, y ya la religión no es el tema principal en la cultura europea. 

El Renacimiento es un periodo de crecimiento económico: el sistema feudal desaparece, y en su lugar surge una nueva sociedad comercial y pre-capitalista, organizada ya no en aldeas o villas, sino en ciudades. Las principales Florencia y Venecia, dos polos económicos y culturales de gran poder, con una burguesía -la nueva clase social del Renacimiento- muy poderosa. 

Esta época coincide con una serie de cambios de paradigma que hacen que la ruptura con la época anterior sea inevitable: en 1440 Gutemberg inventa la imprenta, lo que favorece la difusión cultural y la alfabetización; en 1492 el mundo conocido se amplía con la llegada de Colón a América, lo que supone romper con los esquemas mentales de una Europa encerrada en sí misma, pueblerina y autosuficiente; además, en 1517 la Iglesia católica sufre un cisma con la publicación de las "95 tesis" de Lutero, quien critica duramente las ideas reaccionarias del catolicismo, lo que supone un duro golpe paa la hegemonía cultural y política del Vaticano y un avance social y cultural en toda la región protestante. 

En el plano cultural, el Renacimiento es, justamente, un renacer de las manifestaciones culturales de Grecia y Roma, del período grecolatino, cuyas obras se empiezan a redescubrir tras más de diez siglos de oscurantismo* medieval.

En el teatro se vuelve a mirar a los clásicos: Sófocles, Eurípides, Terencio o Plauto. Y ahora sin censuras, sin adaptaciones moralistas o religiosas. Se rescatan así los géneros del drama y la comedia para el disfrute de la burguesía y la nobleza renacentista, una élite que empieza a educarse en las universidades y que está deseosa de consumir cultura. 

 

Para representar estas obras, la alta sociedad renacentista, además, construye teatros inspirados en la arquitectura escénica de Grecia y Roma. Para ello se inspiran en la obra "Los 10 libros de la Arquitectura", del arquitecto romano Vitruvio. De esta forma construyen importantes teatros como el Teatro Olímpico de Vicenza, obra de Andrea Palladio. 

Este tipo de teatro tenían un graderío semicircular para el público, y detrás del proscenio -donde se desarrolla la accción- se construyó el "Frente escénico" o "Frons scaenae", en latín. Este elemento arquitectónico, copiado de la Roma imperial, consiste en una estructura con columnas que sirve de decoado permanente, lo que impedía que el teatro fuese uno versátil. Todas las obras representadas tenían que ser de autores clásicos. 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por su parte, alejado de ese teatro clasicista de la alta sociedad, nace un género de teatro popular heredero del arte de los bufones y juglares medievales, e inspirado en las fiestas del Carnaval: la Comedia del Arte o Commedia Dell'Arte en italiano. 

Este nuevo formato representa uno de los primeros casos de profesionalización teatral. En el Renacimiento, gracias a ese nuevo despertar del interés por la cultura, el teatro deja poco a poco de ser un trabajo de aficionados o actores ambulantes que viven de la caridad, a ser un trabajo remunerado, profesional, donde algunos actores y dramaturgos empiezan a vivir de su talento artístico. 

Las compañías de Comedia del Arte son un ejemplo de ello. Introducen la cortina en sus espectáculos a modo de telón de fondo, y basan su espectáculo en el canovaccio, es decir, la improvisación en base a un texto previo. Sus personajes son arquetipos -sea la obra que sea, siempre los personajes se comportan igual y visten de la misma manera- y además llevan máscaras, al estilo carnavalesco. 

Uno de los arquetipos de la Comedia del Arte más

reconocibles es el de Arlechino, o Arlequín, un personaje

que lleva un traje ceñido al cuerpo, hecho de trozos de

telas de muchos colores. 

Arlequín, heredero directo del bufón medieval, representa 

al personaje popular, al inmigrante que llegaba a las 

ciudades en busca de trabajo. 

Los personajes de la Comedia del Arte fueron fuente de 

inspiración para autores teatrales contempóraneos o 

posteriores como Moliére, Shakespeare, Lope de Vega o 
Cervantes


Otras innovaciones del teatro renacentista fueron el uso de la 

perspectiva en los decorados o la incorporación de la 

tramoya para dar espectacularidad a las obras. 

En Inglaterra el autor de más éxito fue William Shakespeare
enmarcado en el llamado Teatro Isabelino, variante inglesa

del Renacimiento europeo. Sus obras, tales como Hamlet o

Romeo y Julieta gozaron de gran popularidad entre las 

clases cultas y populares. 

 

En Francia la figura de Moliére es la más destacada, consi-

derado el padre de la comedia francesa. Destacan obras como Tartufo o El Avaro. 

*Oscurantismo: 

1. m. Oposición sistemática a la difusión de la cultura.

2. m. Defensa de ideas o actitudes irracionales o retrógradas.

Teatro Renacimiento

Teatro Renacimiento

bottom of page